Lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas. O no?
Vale, dejad que os lo explique. Me col en el camerino del t o con el que ten a un cuelgue para oler sus medias ( no en plan pervertido, lo juro ) y l me pill infraganti mientras yo estaba, ejem... Supongo que os hac is una idea. Entonces l me chantaje , m s o menos, para que yo accediera a un matrimonio de conveniencia para que l consiguiese su permiso de residencia. Pero oye, no me puedo quejar.
Cuando quiero darme cuenta, ya estoy subida en un vuelo a Las Vegas para hacer creer a nuestra familia y amigos que compartimos una noche loca de borrachera y nos casamos en el calor del momento. Salvo que... Eso es exactamente lo que ha pasado. ( Muchas gracias, vodka ).
Teniendo en cuenta que l es el bailar n de ballet mas deseado de la ciudad de Nueva York y yo soy una bloguera extremadamente golosa que escribe con pseud nimo desde el garaje en el que vive, es imposible que este matrimonio jam s pudiera llegar a convertirse en algo real. Sin mencionar a mi familia totalmente chiflada, ni mi aversi n hacia todos los olores que existen bajo el sol... Salvo el suyo.
Mi nica esperanza es no enamorarme de mi marido. No tendr a que ser demasiado dif cil, verdad?