Venezuela: el origen más cercano [Spanish]

Cuatro ensayos de ontolog?a-arqueolog?a de la identidad nacional y su proceso hist?rico, constituyen un solo hilo desde la obra de tres autores paradigm?ticos. El primero es el desarrollo de una hip?tesis, en ella se propone 1936 como la refundaci?n de la naci?n. Andr?s Bello ser?a la m?s remota expresi?n de un prospecto donde lo venezolano se asoma desde una voluntad p?blica: orden civil buscando el rumbo. La Colonia no como precedente ni hiato, sino organizando lo venezolano. La denostada continuidad se impone m?s all? de la novedad pol?tica, el prospecto bellista tiene su apoteosis en otra rep?blica, menos rabiosa e integradora de la tradici?n. Los estudios de Vallenilla Lanz fijan la organicidad de aquella continuidad en el puro rapto social, la negaci?n solo pone en evidencia cuanto es necesario para permanecer en el horizonte. Lo expulsado se muestra en su vitalidad de condicionador, la violencia del reacomodo de clases sociales e instituciones delata una orfandad: la patria sin ciudadanos, y hasta hoy. La "biograf?a" de Julio C?sar Salas es como la suma de las tensiones no resueltas por la ilustraci?n, pero resulta un cat?logo de posibilidades, sobre todo truncas. Atesorador de una gens dispersa aunque rumorosa, su valoraci?n de lo nacional quiere ce?ir el gesto de redenci?n material, integra s?mbolos y el imaginario ling??stico, lo ind?gena como nostalgia y el pueblo misereado. Nos deja la constataci?n de unas fuerzas sin orientaci?n, la destrucci?n por inercia, tambi?n la melancol?a. No hay conclusi?n en su acopio, nos queda solo un recordatorio, gigantom?a de unas muestras y el alarido de la mala conciencia. Tres expectaciones del pa?s lacerante, de alguna manera son pensadores actores, viven la circunstancia pero se sobreponen a ella, y en un trance heur?stico. Bello, triunfante, se sustrae del teatro y en alcance gen?tico modela lo real. Vallenilla Lanz, ag?nico, se obliga a ver las determinaciones perturbadoras del acuerdo. Julio C?sar Salas, dolido, proyecta sus hallazgos en la desesperada comprensi?n de lo taciturno.